Hermano Juan de Mahora (Juan Francisco López Sarrión)
Juan Francisco López Sarrión el conocido por Hermano Juan
En 1854 Francisco López (sastre de oficio) e Isabel Sarrión ambos naturales de Albacete y residentes en Mahora (Albacete), tuvieron un niño al cual bautizaron con el nombre de Juan Francisco.
A los 11 años, su tío Ezequiel Sáez García lo trajo a Albacete, y lo puso a trabajar en un comercio de la plaza Mayor de Albacete.
Después de este comercio, Juan se trasladó a otro en la calle Mayor esquina con la calle Rosario.
Todas ellas dedicadas a la confección.
Debido a sus buenas maneras en el negocio, su tío se lo llevó a Valencia donde lo introduce en la casa de tejidos "Mompiel", donde llegó a ser el encargado general del comercio.
Conoció a una chica norteamericana y ésta le hizo que se marchase junto a ella a Nueva York para casarse con ella.
El matrimonio al final no se produjo debido a que la chica en cuestión era bastante "promiscua" en su país (según comenta la fuente). Pasó bastante tiempo sin saberse nadie sobre Juan, hasta que llegaron noticias desde el otro lado del "charco".
Gracias a las estupendas habilidades de Juan para los negocios, construyó un banco y una línea de barcos de vapor llamada "López Sarrión & compañía".
En poco tiempo se hizo millonario, viajo y viajo por Europa. En una playa de Francia conoció a una acaudalada chica y proveniente de una noble estirpe inglesa. Su padre era Lord en Inglaterra.
Se enamoraron y su amor era correspondido por ambos por igual.
Gracias a las estupendas habilidades de Juan para los negocios, construyó un banco y una línea de barcos de vapor llamada "López Sarrión & compañía"
Ya parecía que Juan había encontrado la felicidad en el aspecto sentimental. Pero nada más lejos de la realidad, Juan quiso pedir la mano de su amada al Lord.
Este fuera de sí, increpó a Juan recibiendo las más grandes de las repulsas, del orgulloso y estúpido Lord.
No permitiría que un plebeyo (aunque fuese millonario) se casase con su hija de riquísima y noble cuna. Juan destrozado y con el corazón roto se marchó y se sumergió en el trabajo diario, para intentar olvidar a su amada.
Tiempo después la encontró casualmente en Burdeos (según cuenta Mateos Arcángel), ambos se encontraban tristes y en vez de afrontar su amor con la chica y envalentonarse olvidándose de todo, Juan se marchó sin mediar palabra con la chica. Solo la idea de suicidio rondaba por su cabeza.
No se sabe como apareció en un monasterio cerca de Burdeos para pedir confesión y tanta fue la tranquilidad que obtuvo, que salió siendo un hombre nuevo.
Transcurrido poco tiempo y durante una epidemia colérica que azotaba Toledo. Un hombre cuya identidad no quiso desvelar apareció en el hospital de dicha ciudad presentándose como un peregrino vistiendo un simple hábito.
Sin temor por su vida se puso a cuidar, confortar incluso a enterrar a los enfermos de cólera.
Fue un auténtico ejemplo a seguir por enfermeras, médicos y pacientes.
Terminada la epidemia se fue sin despedirse de Toledo y viajo a pie hasta Madrid. Justo en ese momento en Toledo, se organizaba una pública demostración de gratitud por el buen anónimo samaritano tanto los había ayudado.
En Madrid pidió el ingreso en el Hospital General Provincial con los "Hermanos de Caldo" en el pabellón de enfermos contagiosos.
El Hospital General Provincial y denominado también Hospital General y de la Pasión de Madrid, no era otro que el actual Museo de la Reina Sofia.
Allí perduró durante 30 años de penuria, al cuidado de enfermos, durmiendo en unas sucias tablas de madera y por almohada una piedra.
Vestía con un burdo y haraposo hábito típico de los frailes más pobres y no desvanecía en su misión confortando a todos los enfermos por repugnante y peligrosa que fuese su enfermedad. Dándoles palabra de cariño y amor.
Alguien le preguntó que quién era, y él sencillamente contestó que Juan, desde entonces todos le llamaron Hermano Juan. El pueblo madrileño no tardó en conocer a este famoso hermano que con cálidas palabras y hábil cuidado confortaba a los enfermos. La gente daba alabanzas a su altruista cometido y su enorme popularidad tuvo eco en toda España.
Casa en Mahora (Albacete) del hermano Juan
Lugar de la Casa del Hermano Juan hoy en día
En el "Heraldo de Madrid" se escribió sobre él por el periodista Pérez Lugín. De él contaba lo siguiente:
..no sólo Juan cuidaba de los enfermos sino que tambien les daba dinero para renacer de nuevo...para montar talleres, para sus tratamientos, compró tierras para otros, aperos de labraza o simplemente para salir adelante.No reparaba en nadie y no le costaba en absoluto darles dinero para esta nueva oportunidad...
Cuenta Alberto Mateos que cuando un azote de gripe castigó al Hospital con desbordamiento de enfermos, este fue con dinero dotando al hospital de nuevas camas, más ropa y medicinas.
Este dinero intrigaba a todo el mundo, cuál era el origen del dinero del Hermano Juan.
El origen de este dinero no era otro que los intereses tras su liquidación de la empresa que Juan fundó "López Sarrión & Compañía", de Estados Unidos. Que tiempo atrás abandonó y vendió.
Se asoció también con otro "Hermano de Caldo" llamado Santiago que tenía un pequeño comercio y abrieron el comercio de Ventas de almonedas, al que llamaron PALACIO DE VENTAS.
C on sus ganancias proveían a los enfermos del lugar. A los tres años dejó este negocio.
En 1911 y ya escaseándole el dinero a Juan, anunció su marcha al Hospital General de Madrid el día 26 de diciembre de 1911 se despidió de los enfermos y personal sanitario perfectamente afeitado y sin hábito, enfundado en un elegante traje y elegantemente ataviado.
Se despidió no sin enorme emoción. Según cuenta Mateos Arcángel, el Marqués de Comillas presidente de la compañía transatlántica le pagó el pasaje a América (no podía pagar el viaje el Hermano Juan).
La Diputación le puso un enfermero a su disposición que lo acompañó hasta Cádiz, lugar donde embarcó.
Al cruzar al otro lado del atlántico desapareció sin saber nada más de él.
Hasta que el periodista Pérez Lugín dió con él en Buenos Aires, en un asilo de mendicidad, donde este albaceteño desinteresado, continuaba con sus buenos quehaceres a los más necesitados.
Atrás quedaron los 30 años de sufrimientos y ayudas altruistamente al prójimo. Todo un ejemplo auténtico a seguir. Y un gran personaje, que sin duda merece estar en esta sección de PERSONAJES DE ALBACETE.
El 5 de julio de 1910 en Mahora en sesión extraordinaria de su Ayuntamiento instaló solemnemente su retrato en el salón de sesiones.
Poniéndole su nombre en la calle del Pozo de Mahora, dónde Juan nació.
Heraldo de Madrid artículo de Perez Lugin
Hermano Juan Fuente: Libro Evocaciones y Recuerdos Albaceteños de Alberto Mateos Arcángel
Biografia de Perez Lugin
LA ÉPOCA.—miércoles 4 de febrero de 1914
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