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08 diciembre 2008

Batalla en torre de Albacete (Orgiva)

Orgiva situada en Granada y en la planicie de las famosas Alpujarras, durante el reinado nazarí tomó el nombre de "Albastch", que significa «llano», y durante varios siglos se la llamó "Albacete de Órgiva".


Nada que ver lógicamente con nuestra Albacete, pero me pareció curioso y además como supongo alguna gente sabe, Albacete empezó siendo un torreón morisco situado por la plaza de las Carretas…



De la descripción de la taa de Órgiba, y cómo se alzaron los lugares della, y cercaron los cristianos en la torre de Albacete


La taa de Órgiba tiene a poniente a Lanjarón, lugar del valle de Lecrín, y a Salobreña y Motril; al cierzo confina con Sierra Nevada; al levante con las taas de Poqueira y Ferreira y con la del Cehel, que cae hacia el mar, que todas están en la Alpujarra; y al mediodía tiene el mar Mediterráneo, donde está enla lengua del agua un castillo fuerte de sitio, que los moros llaman Sayena, y los cristianos Castil de Ferro. 


Por medio desta taa atraviesa un río que baja de la Sierra Nevada, y corriendo hacia la mar con algunas vueltas, va a juntarse con el río de Motril. 


Es tierra fértil, llena de muchas arboledas y frescuras, y, porser templada, se crían naranjos, limones, cidros y todo género de frutas tempranas, y muy buenas hortalizas en ella. La cría de la seda es mucha y muy buena, y hay hermosísimos pastos para los ganados, y muchas tierras de labor, donde los moradores de los lugares cogen trigo, cebada, panizo y alcandía, y la mayor parte dellas se riegan con el agua del río y de las fuentes que bajan de aquellas sierras.






Hay en esta taa quince lugares, que los moriscos llaman alcarías, cuyos nombres son: Pago, Benizalte, Sortes, Cáñar, el Fex, Bayárcar, Soportújar, Caratanuz, —190→ Benizeyed, Lexur, Barxar, Guarros, Luliar, Faragenit y Albacete de Órgiba, que es el lugar principal, donde está una torre, que estaba en este tiempo algo mejor proveída que otras veces, porque habiéndose llevado aquel lugar los moros de Berbería, pocos años antes se había puesto mejor recaudo en ella. La mayor parte destos lugares están en las haldas de las sierras, y los otros en una vega llana que se hace entre ellas, donde está el lugar de Albacete de Órgiba.




El día que el Partal y el Seniz mataron aquellos cristianos que dijimos de Ugíjar, los dos hombres que escaparon de sus manos fueron huyendo al lugar de Albacete de Órgiba y dieron aviso a Gaspar de Sarabia, que estaba por alcaide y gobernador de aquella taa, el cual luego otro día viernes bien de mañanaenvió a Camacho, alguacil mayor, con ocho cristianos arcabuceros, y con ellos algunos moriscos desarmados, a que supiesen qué novedad había sido aquella.




Y mientras ellos iban, vino a él un morisco, alguacil de Benizalte, llamado Álvaro Abuzayet, y le dijo que hiciese recoger con brevedad todos los cristianoschicos y grandes a la torre, porque estaba la tierra levantada. Con este aviso se recogieron luego Alonso de Algar, cura de Albacete, y los otros clérigos, beneficiados y vecinos cristianos que moraban en los lugares de aquella taa, sin recebir daño, sino fueron los de Soportújar y algunos perezosos. 


Los ocho arcabuceros corrieron peligro de perderse, porque estando en el lugar de Barxar enterrando los cristianos que habían sido muertos el día antes, dieron losmonfís en ellos, y haciéndolos huir, los fueron siguiendo hasta cerca de la torre, llamándolos de perros, y diciéndoles que ya era llegado su día, y les quitaronalgunas armas, y los proprios moriscos de paces que iban con ellos fueron los que más los persiguieron. Viendo pues Gaspar de Sarabia lo que pasaba, recogióa gran priesa las moriscas y muchachos que pudo haber en el lugar y las metió en la torre, entendiendo que si se viese en necesidad, no faltaría quien secompadeciese, padres, maridos o hermanos, y que secretamente les proveerían de agua y de bastimentos mientras le venía socorro. 




Finalmente, se encerró enla torre con ciento y ochenta personas y algunos hombres esforzados entre ellos, uno de los cuales se llamaba Pedro de Vilches, y por otro nombre Pie depalo, porque teniendo cortada una pierna a cercen, la traía puesta de palo, y era hombre animoso y muy plático en aquella tierra; y otro Leandro, que era gran cazador, y acaso había llegado allí aquella noche con dos cargas de conejos y perdices y un cuero de aceite; que cierto pareció haberlo enviado Dios para la salud de aquella gente; porque demás de que él era buen arcabucero y llevaba su arcabuz con cantidad de munición para poder pelear, la caza suplióla necesidad y hambre algunos días, y el aceite fue de mayor importancia para quemar a los enemigos una manta de madera que les arrimaron al muro de la torre, entendiendo poderlo picar por debajo.


No fueron bien recogidos los cristianos cuando se levantó el lugar, y en un barrio que está cerca dél arbolaron una bandera, y tumultuosamente se recogieron a ella los mancebos gandules, y no mucho después parecieron otras seis banderas, la mayor dellas colorada, con unas lunas de plata en medio, y las otras todas de seda de diferentes colores, y atravesando por un viso a vista de la torre, fueron a ponerse en los olivares, acompañados de mucha gente armada de arcabuces y bailes ballestas. De allí enviaron a recoger los lugares que estaban en lo llano, y saliendo hombres y mujeres con bagajes cargados de ropa y de bastimentos, y los ganados por delante, se subieron a la sierra de Poqueira, y la gente armada cercó la torre donde estaban nuestros cristianos.


Luego que se alzaron los lugares de Soportújar y Cáñar y los demás de las sierras, lo primero que hicieron aquellos herejes fue destruir las iglesias, y saquear lo que había en ellas y en las casas de los cristianos. 


En Soportújar prendieron por engaño al vicario de Ojeda, beneficiado de aquel lugar, y después de tenerle preso a él y a un muchacho criado suyo, llamado Martín, ofreciéndole de darle libertad un morisco que tenía por amigo, que se decía Bartolomé Aben Moguid, hijo del alguacil del lugar, le sacó de donde estaba y le escondió en casa de otro morisco, llamado Miguel de Jerez, y allí estuvo cuatro días, al cabo de los cuales vino Farax Abenfarax, que, como queda dicho, iba recorriendo los lugares por mandado de Aben Humeya, y donde quiera que llegaba hacía pregonar que, so pena de la vida, ningún moro fuese osado de esconder cristiano de ninguna edad que fuese, sino que luego se los manifestasen, y de miedo dél declaró Aben Moguid cómo tenía aquellos dos cristianos. 




Y enviando Abenfarax dos moros por ellos, los sacaron de donde estaban y los desnudaron en cueros, y atándoles las manos atrás, los entregaron a Zacarías de Aguilar, enemigo del beneficiado, el cual losllevó a la plaza del lugar, y tomándolos los vecinos en medio, les dieron muchos bofetones y puñadas, y después los llevaron a un montecillo que está como media legua de allí, para matarlos y dejar los cuerpos en el campo, porque Abenfarax mandaba que no les diesen sepultura. 






Y juntamente llevaron una cristiana, llamada Beatriz de la Peña, con cinco hijos niños, y teniéndolos ya para matar, acertó a pasar por aquel camino Aben Humeya, que venía de Béznar, y condoliéndose de la mujer y de los niños, les mandó que solamente matasen al vicario, y que los demás los volviesen al lugar y se los guardasen hasta que enviase por ellos. Luego cargáronlos enemigo, de Dios sobre aquel sacerdote, que invocaba su santísimo nombre, y dándole uno dellos con la verga de la ballesta en la cabeza un gran golpe, que le aturdió y dio con él en el suelo, le hirieron luego los otros con las lanzuelas y espadas, hasta que le acabaron de matar. 


Y encendidos en aquella ira, hirieron también a Martín, su criado, de una cuchillada en la cabeza, que se la hendieron, diciéndole el que le hirió:
«Toma, perro, porque eres hijo del alguacil de Órgiba»
Ved cuánta enemistad era la que tenían con los ministros espirituales y temporales, que aun a sushijos niños no perdonaban. La mujer con sus criaturas llevaron a Soportújar, y después al castillo de Juviles, donde alcanzaron libertad cuando el marqués de Mondéjar lo ganó, con otras muchas cristianas que había recogido allí Aben Humeya.

[Historia del [sic] rebelión y castigo de los moriscos del Reino de Granada
Luis de Mármol y Carvajal]


torre morisca ficticia de albacete 2 carboncillo