Albaceteños División Azul Frente Ruso 1941-1942
Su nombre Domingo Rodríguez Romera, ahora desgraciadamente fallecido.
Su sobrino Amador Rodríguez ha tenido la amabilidad de enviarme sus fotografías.
Los compañeros de Domingo no los tengo identificados.
Viaje a Alemania
El 3 de julio de 1941 los voluntarios comienzan a ser llamados y concentrados en diferentes acuartelamientos militares por toda España. Reciben una breve instrucción de diez días en el que las distintas unidades empiezan a configurarse y organizarse, y se instruye a la tropa en sus normas y obligaciones. El 12 se da por finalizada la instrucción en Madrid, con una marcha hasta El Pardo en la que el general Muñoz Grandes, jefe de la División, les pasa revista y les dedica unas palabras.
Independientemente de donde partiesen, todos los trenes tenían que cruzar la frontera francesa en Hendaya (Pirineos Atlánticos), donde se realizaría el transbordo. Así pues, un tren que salía de Madrid, subía por la vía ferroviaria del noroeste (la que se encontraba en mejor estado tras la guerra), atravesando Ávila y Medina del Campo (Valladolid) hasta llegar a Valladolid. Desde allí, continuaba hacia el noreste pasando por Burgos, Miranda de Ebro (Burgos) y Vitoria (Álava), tras la cual venía el último y sinuoso tramo a través del montañoso interior guipuzcoano, y después, Tolosa (Guipúzcoa), San Sebastián (Guipúzcoa) y la frontera.
En Hendaya (Pirineos Atlánticos), antes de realizar el transbordo, la normativa alemana exigía un control sanitario. La tropa pasó por una ducha de agua caliente, al tiempo que se desinfectaban sus equipos, y se llevaron a cabo algunos controles médicos. En la estación, engalanada con estandartes y banderas del Tercer Reich, el trato alemán fue cortés y servicial. Sin embargo, el tránsito a través de la Francia ocupada fue más complejo, debido a las antipatías e increpaciones que a veces recibía la tropa en su paso por las ciudades. Se vivieron incidentes en las estaciones, donde a veces los vagones eran apedreados. El convoy ascendía por la costa atlántica atravesando Burdeos y Poitiers, hasta llegar a Tours. Desde allí, hacia el este a través del valle del Loira, cruzando Blois, Orleans, hasta llegar a Troyes. Después, el tren se adentraba en Lorena y Alsacia (anexionadas al Reich) y, tras pasar por Nancy y Luneville (donde les recibieron tocando el himno español), cruzaron el Rhin a través de la entonces ciudad alemana de Estrasburgo.
El 5 de julio partió hacia Berlín un avión con una Comisión Aposentadora, un grupo de 7 hombres liderados por el teniente-coronel Joaquín Romero Mazariegos, encargados de reunirse con uno de los jefes del Estado Mayor del Reich, el capitán general Friedrich Fromm, para establecer las pautas y directrices de la integración de la división española en el ejército alemán. Permanecieron allí hasta el 11, en el que la comisión se trasladó hasta el campamento de Grafenwöhr, para tratar con el teniente coronel Distler los preparativos de la inminente llegada de los soldados españoles. Las diferentes expediciones españolas fueron llegando de forma escalonada, a razón de 3 por día. Los primeros, llegaron en la mañana del 17 de julio, y los últimos la tarde del 23.
La base de Grafenwöhr, próxima a su población homónima, era una ciudad-campamento de gran tamaño, de casi 80 km de perímetro. El recinto, rodeado en su totalidad por bosques, incluía amplios campos de tiro, campos de deportes, lago, cine, cantinas y varias comodidades. Había construcciones de típica arquitectura bávara, las calles interiores estaban asfaltadas, y los barracones eran amplios y confortables. No obstante, se acabaron produciendo conflictos (casi siempre relacionados con el alcohol), durante las horas libres y en bares del pueblo, incluyendo algunas peleas entre militares de ambos países, o entre soldados que trataban de ligar con lugareñas.
El 31 de julio, ocho días después de comenzar la instrucción, tiene lugar el Juramento al Führer. Para ello se dispuso el campo de instrucción de Kramemberg, donde formó toda la división, acompañada de una compañía de honor alemana. Presidían el acto las banderas del Reich alemán y de España, y junto a ellas el general Muñoz Grandes y su Estado Mayor, el capitán general Fromm como representante del gobierno, y el general von Cochenhausen como jefe de la ceremonia. Tras una misa de campaña, vino el acto del juramento de fidelidad a Hitler, cuyo texto se modificó a instancias de las autoridades españolas, para que constara que dicha obediencia se debía a la lucha contra el bolchevismo.
Tras el juramento, emitido en directo por la radio alemana, quedaba oficialmente constituida la 250.ª División de Infantería de la Wehrmacht. Durante las tres semanas siguientes se llevó a cabo una instrucción intensiva y práctica, con el objetivo de que los soldados se familiarizaran con el material y con los objetivos de su cometido.
Traslado al Frente
El 19 de agosto comienzan los preparativos para la partida, empezando a cargar víveres y maquinarias en los trenes. La división había sido destinada al Frente Oriental, e incluida en el Grupo de Ejércitos del Centro. Tenía como destino la ciudad de Smolensk, para unirse allí al resto de los ejércitos hacia el asalto de Moscú.
El día 20 comienzan a salir los trenes, a razón de 12 grupos diarios, hasta un total de 66 grupos. Desde el campamento bávaro se dirigían hacia el norte, siguiendo dos rutas alternativas en función del tráfico ferroviario: una pasaba por Leipzig y Berlín, y otra a través de Chemnitz y Cottbus., Ambas confluían más adelante en la ciudad de Küstrin. Desde allí el convoy tomaba dirección este, atravesando el Corredor del Danzig y el río Vístula. Tras un largo viaje de 1.600 km y varios días de duración, fueron llegando a las cuatro ciudades designadas para esperar hasta que toda la tropa finalizase el desplazamiento: Treuburg, en Prusia Oriental, y las polacas Suwalki, Grodno y Reuss. Una vez llegado el último tren a Suwalki el 28 de agosto, se da por finalizada la primera fase.
Tras unos días de pausa, comienza la segunda fase. Desde la región, es imposible alcanzar el destino, debido al mal estado de las vías, por lo que el trayecto de 900 km hasta Smolensk se realiza andando. Tras dejar atrás Grodno y Lida, el 8 de septiembre se llegó a Vilna, capital lituana, donde se hizo una parada de un par de días. Desde allí se continuó hacia el este, ya en tierras soviéticas, llegando a Molodezno y Minsk. El recorrido fue muy complicado: las frecuentes lluvias o el atravesar espesos bosques por caminos, dificultaban la travesía al contingente. Las largas jornadas de trayecto, la dureza del calzado y el excesivo peso, provocaban continuas heridas en pies y hombros a los soldados. Asimismo, la poca o nula experiencia de la tropa en el manejo y cuidado de animales, generó una alta mortalidad entre los caballos que les acompañaban, lo que motivó una queja oficial del mando alemán.
La travesía continuó, dejando atrás las ciudades de Borisov y Orsha. Faltando poco para llegar a Smolensk, el 24 de agosto tiene lugar una contraofensiva soviética en Leningrado, y el general von Leeb pide refuerzos. Hitler alteró los planes de la Operación Tifón, con la que preveía lanzar el asalto definitivo a Moscú, y decidió trasladar tres divisiones a socorrer el frente norte, entre ellas la División azul. De este modo la división era apartada del 9.º y fue incluida en el 16.º Ejército, dentro del Grupo del Norte. Todo el convoy tuvo que dar media vuelta en dirección contraria, hasta el cruce entre Orsha y Vitebsk, para girar hacia el norte y dirigirse hasta esta última. Supuso un varapalo anímico para la tropa, que perdía la prometida oportunidad de participar en la toma de Moscú.
El 28 de agosto las tropas comienzan a llegar a Vitebsk, finalizando así esta etapa. Desde allí podrán tomar de nuevo un ferrocarril que, tras pasar por la ciudad de Dno, les llevará definitivamente al frente de guerra, en la histórica ciudad de Novgorod. En torno al 10 de octubre el grueso de las tropas estaba en el frente. La división se desplegó alrededor de los suburbios de Novgorod, siempre al oeste del río Voljov. El regimiento 262.º en el subsector de la propida ciudad, el 269.º cubría el subsector Norte con retaguardia en Podvereje, el 263.º en el subsector Centro y los Grupos Antitanque y de Exploración, en el subsector del Ilmen. El Regimiento de Artillería se posicionó al oeste de Novgorod, en la barriada de Grigorovo, donde también se estableció el Cuartel General de la división. Casualmente, el 12 de octubre, Fiesta Nacional de España, tras más de cincuenta días de viaje desde el campamento de Grafenwöhr, las tropas sufren un ataque y los españoles entran en combate.
Batallas
- Sitio a Leningrado
- Primera batalla a Leningrado
- Batalla Volkov
- Batalla de Urdanix
- Primera Batalla de Smiesko
- Batalla de Sitno
- Batalla de Muravji
- Batalla de Possad
- Segunda Batalla de Sitno
- Batalla Schevelevo
- Tercera batalla de Volkov
- Batalla de Maloye Samoshie
- Batalla de Paselok
- Batalla de Krasny Bor
- Batalla de Putrolovo
- Batalla de Pushkin
- Batalla de Berlín
Los grupos de ejércitos norte, centro y sur, tenían como objetivos respectivos conquistar las áreas de Leningrado, Moscú y Stalingrado. La División Azul, a pocos días de incorporarse en el frente central, fue desplazada súbitamente al grupo norte, ante la necesidad de reforzar estas posiciones. Las zonas de operaciones fueron dos: el Frente de Novgorod (entre octubre de 1941 y agosto de 1942), y el Frente de Leningrado (entre agosto de 1942 y octubre de 1943).
Frente de Novgorod
En septiembre de 1941, el ejército alemán toma la histórica ciudad de Novgorod, de gran valor simbólico y estratégico. A principios de octubre, la División Azul se asienta en el extrarradio de la ciudad y se despliega en dirección norte, en el flanco occidental del importante río Voljov que, con una anchura media de 250 metros, comunica de sur a norte los lagos Ilmen y Ladoga.
Con la llegada del contingente español, empiezan a tomarse posiciones para asaltar la orilla oriental del río, en manos soviéticas. Entre el 14 y el 22 de octubre tiene lugar la primera Batalla del Voljov, en la que tropas españolas y alemanas consiguen vencer la dura resistencia y cruzar por primera vez el río, en botes de goma. El 22 se asegura finalmente una cabeza de puente, quedando bajo control las localidades de Sitno y Smeisko, siendo los participantes condecorados. Durante los últimos días del mes se produjeron nuevas incursiones que tuvieron como resultado la toma de poblaciones como Nilitkino, Tigoda y Dubrovka. Todas estas poblaciones, aunque eran mantenidas, fueron atacadas por el ejército rojo, causando importantes bajas.
El 1 de noviembre, el general von Roques ordena una operación para limpiar el sector entre los ríos Voljov y Mesta y arrasar toda la posición defensiva soviética, para liberar la cabeza de puente de Novgorod y despejar la importante ruta desde esta ciudad hacia el este. La operación no se podía poner en marcha, debido a que las posiciones españolas recibían fuego incesante de artillería y morteros.A la par, las primeras heladas fuertes empezaban a causar bajas por congelación.
El día 8, el batallón 1/269 recibe la orden de tomar una posición avanzada en las poblaciones de Possad, Otenski y Posselok. Al amanecer del día 12, empieza la Batalla de Possad. Durante dos días se suceden los bombardeos aéreos, los ataques de artillería e incluso combates cuerpo a cuerpo con arma blanca. Acaban diezmando las fuerzas españolas, que se retiran de Posselok hasta Possad, habiendo perdido más de 100 hombres. Entre los días 16 y 19 sufren un nuevo ataque, aún más intenso, con bombardeos y fuego de ametralladoras. Durante el resto de noviembre, la situación era crítica para los avanzados, que sufrían grandes bajas y la temperatura rondaba los -30℃. La zona estaba rodeada de bosque, y la única vía de evacuación era un camino que lo atravesaba, entre Possad y Sitno (punto donde se cruzaba el río), corriendo un alto riesgo de ser copados por el enemigo. El 4 de diciembre comienza un nuevo ataque ruso sobre todas las posiciones de la Wehrmacht al este del Voljov y del Ilmen. Tras varios días de duro asedio, el día 7 la situación era límite, y los generales ordenan la retirada de Possad hasta Otenski, y después cruzar el bosque hasta Sitno, donde volverían a cruzar el río para replegarse al punto inicial de octubre.
Desde el 9 de diciembre, todas las tropas se concentraron al oeste del río, para afrontar en una posición defensiva más segura el extremo invierno que se vivía aquel año. Sin embargo, la presión soviética no cesaba. Se sufrían ataques aéreos y de artillería desde la otra orilla, y durante la Nochebuena y Navidad se produjeron varios golpes de mano virulentos en las líneas españolas. El día 27 se produce la cruenta batalla de la Posición Intermedia. Había un puesto de vigilancia en un cerro entre los pueblos de Udarnik y Lobkovo que estaba protegido por un pelotón. En una incursión soviética, todos los soldados de la posición fueron víctimas del ataque. Horas después, sus compañeros hallaron sus cadáveres desnudos y clavados en la nieve con picos y bayonetas. El comandante García Rebull organizó un golpe rápido de revancha en las trincheras enemigas, provocándoles un muy elevado número de víctimas.
El 7 de enero de 1942 empieza la Ofensiva de Lyuban, una gran operación cuyo objetivo era atravesar las líneas del Voljov y romper el cerco sobre Leningrado. En uno de los envites, 543 soldados alemanes quedaron copados en la localidad de Vsvad, al sur del Lago Ilmen. El otoño anterior, la división española se vio obligada por orden del mando a crear una compañía de esquiadores, y a éstos se les ordenó la misión de acudir en rescate de los alemanes. El día 10 comenzó la marcha a través del lago congelado, tardando 11 días en alcanza la posición alemana en la orilla sur y liberarlos. En el trayecto, con tormentas de nieve y temperaturas inferiores a los -50℃, la compañía sufrió más de 100 bajas por congelaciones graves. Casi una veintena de soldados sufrieron la amputación de ambas piernas. La Cia. recibió por ello 32 cruces de hierro, siendo una de las más condecoradas de los ejércitos del norte.28 [fuente cuestionable]
Tras repeler la ofensiva, el frente se estabilizó el resto del invierno, participando la división en algunos golpes de mano. Al comienzo de marzo, varios generales diseñan la Operación Predador, cuyo objetivo era acabar con una posición soviética que resistía al oeste del Voljov desde la ofensiva de invierno. La operación comenzó el 15 de marzo, y participaron inicialmente en ella el Batallón Román y algunos grupos de artillería. En el transcurso de la batalla y en los meses siguientes, más unidades españolas se sumaron a combatir la bolsa , hasta que el 28 de junio tras la rendición del general Vlasov, el OKW proclamó su victoria en el frente del Voljov. Las operaciones españolas llegaban a su fin en este escenario.
Asedio de Leningrado
A principios de agosto de 1942, Hitler ultimaba los detalles de la inminente Operación Luz del Norte, que ejecutaría el definitivo asalto a Leningrado. A la división española se le encomendará la misión de asediar la ciudad desde el flanco sur. Durante todo el mes, las compañías se fueron trasladando en ferrocarril de forma escalonada, desde Novgorod hasta Novo Lissino, desde donde irían tomando posiciones en torno al sector de Kolpino, un importante arrabal industrial de la capital. A finales de mes, el traslado se dio por concluido. El cuartel general de la división se instaló en un palacete de los zares en Pokrovskaya; y el hospital de campaña, junto con otros centros de servicios y los de la 121 alemana, en la contigua localidad de Mestelevo.
Las diferencias respecto al frente anterior eran notables. La zona rural y pantanosa del Voljov, cambió a una totalmente llana y más urbana, aunque también parcialmente boscosa, donde se situaban las numerosas poblaciones del área metropolitana de Leningrado. El frente asignado tenía una anchura de 29 km y se situaba a ambos flancos de la carretera y del ferrocarril hacia Moscú, que estaba bloqueado. Dicho frente se dividía en 4 sectores: Puschkin, Pavlovsk, Federovskoye y Krasny Bor. Las tropas asediaban la ciudad desde las afueras, esperando el inicio de la operación para asaltarla, pero se enfrentaron a una férrea defensa soviética. Durante todo el mes de septiembre sufrieron duros ataques de artillería, recibiendo de media más de 200 disparos diarios. Tan solo en Kolpino, más de 40 baterías defendían la línea.
Las malas noticias del fallido asalto de Stalingrado, hacen que Hitler decida el 16 de octubre cancelar Luz del Norte hasta nueva orden, mientras mantiene el asedio a la ciudad. Durante el otoño, el frente se estabiliza en la misma línea, sin sensibles avances ni retrocesos. El punto más conflictivo fue el meandro del río Ishora, en los alrededores de una fábrica de papel. En este sector, ambos frentes contactan directamente y se desarrolla una guerra de trincheras. Ambos bandos llevan a cabo frecuentes incursiones con patrullas y golpes de mano para mejorar sus posiciones. La división continúa estancada en esta zona. Sufre numerosas bajas, por ataques de artillería, por francotiradores y por los asaltos de trincheras a uno y otro lado de las líneas. Desde la llegada al nuevo frente hasta final de 1942, se producen 257 muertos, 1.051 heridos y 1 congelado.
Al principio de 1943, el ejército rojo pone en marcha la Operación Iskra, con el objetivo de romper las líneas alemanas y abrir el cerco que sufre la ciudad desde hace 900 días. Unidades españolas participaron en esta lucha en la orilla sur del lago Ladoga. Nuevamente con temperaturas de -40℃, mantuvieron una dura batalla en los bosques cercanos a Posselok. La operación finalizó el 30 de enero con la victoria soviética, que consiguió romper el cerco en aquel punto y abrir una inmediata línea de suministros hacia la ciudad. El 10 de febrero comienza la Operación Estrella Polar, que intenta romper el cerco por más frentes y liberar la carretera hacia Moscú. Se produce así la cruenta Batalla de Krasny Bor, la más sangrienta vivida por la división española. 4 divisiones soviéticas avanzan desde Kolpino y hacen retroceder a los españoles hacia Krasny Bor. Gran cantidad de tanques, baterías artilleras y órganos de Stalin lanzaron una ofensiva que provocó 1.125 muertos, 1.036 heridos y 91 desaparecidos. A pesar de ello, no consiguieron romper las líneas ni abrir la carretera, sufriendo también un elevado número de bajas. Hasta el 19 de marzo, durante las siguientes semanas se libraron duros combates diarios para impedir que el ejército rojo cruzara el río Ishora y penetrara en el flanco oeste. Mantener la línea costaba una media de 30 bajas diarias.
Durante los 6 meses siguientes, el frente se vuelve más estable y tranquilo. Las líneas se reforzaron con más trincheras y búnkeres, en un frente en el que se seguía la misma tónica que en los meses previos a Krasny Bor: patrullas y golpes de mano por ambos bandos, guerra de trincheras, francotiradores, ataques de artillería y distintas acciones de contención que seguían produciendo bajas. Pese a que la Luftwaffe comenzó a bombardear Kolpino y Leningrado, haciendo prever una reactivación de la ofensiva, el transcurso de la guerra era incierto y las noticias sobre las retiradas en el este eran conocidas. Uno de los hechos más significativos, fue un bombardeo que recibió el Cuartel General mientras celebraban el 18 de julio acompañados del general Lindemann, que produjo 1 muerto y 38 heridos. Las características del frente continúan siendo las mismas de mantener el asedio, hasta que en octubre se recibe la orden de repatriar la división.
Después de la caída del frente en Stalingrado, la situación cambió y se desplegaron más tropas alemanas en relevo de las españolas. Esto coincidió con el cambio en el mando de la división, que se asignó al general Emilio Esteban Infantes. Finalmente, los Aliados comenzaron a ejercer presiones sobre Franco para que ordenase la vuelta de los divisionarios a España. Las negociaciones, iniciadas a finales de 1943, concluyeron con la orden de repatriación escalonada el 10 de octubre.
Legión Azul
La orden del generalísimo Franco de retirar la División Azul data del 12 de octubre de 1943, coincidiendo con el cese del ministro de Asuntos Exteriores Ramón Serrano Súñer, sustituido por Francisco Gómez-Jordana Sousa. Gómez-Jordana consideraba la División como algo de lo que había que deshacerse lo antes posible. Tras su repatriación y disolución, entre 1.500 y 3.000 soldados españoles rechazaron volver a España. Otros se enrolaron en otras unidades alemanas, principalmente en las Waffen-SS, o atravesaron la frontera española furtivamente por Lourdes, al sur de Francia. Las nuevas unidades fueron colectivamente denominadas Legión Azul, bajo el mando del coronel de la Legión García Navarro. Inicialmente, los españoles seguían formando parte de la 121.ª División de Infantería, pero aún así en marzo de 1944 se ordenó repatriar a esta unidad , que fue transportada de nuevo a España el 21 de marzo.
Últimos españoles en las filas alemanas
El resto fueron reagrupados en otras unidades alemanas, como la 3.ª División de Montaña y la 357.ª de Infantería. Otra unidad fue enviada a Letonia. Dos compañías se unificaron con el regimiento de los brandemburgueses y con la 121.ª División alemana en Yugoslavia, que luchaba contra los partisanos de Tito. Unos 50 españoles entraron en los Pirineos para combatir a la resistencia francesa. La 101.ª compañía Spanische Freiwilligen Kompanie der SS 101, de 140 hombres, compuesta por cuatro pelotones de fusileros y uno de oficiales, se unió a la 28.ª División de Voluntarios Granaderos Valones de la SS, luchando en la región de Pomerania contra el Ejército Rojo.
Más tarde, como parte de la 11.ª División de Granaderos SS Nordland y al mando del SS-Hauptsturmführer Miguel Ezquerra, luchó los últimos días de la guerra en Europa contra tropas soviéticas en la batalla de Berlín.
CURIOSIDADES
Un libro publicado en el 2013, Soldaten (Soldados del Tercer Reich en la edición española) tenemos la oportunidad de acceder a los cientos de miles de actas procedentes de las escuchas que hicieron los aliados en los campos de prisioneros.
En estas grabaciones podemos ver lo que pensaban los alemanes de sus diferentes alidados.
Italianos
Con escasas excepciones, la percepción de los italianos era extraordinariamente negativa, opinara un hombre de la Luftwaffe, de la Kriegsmarine o del Heer. Para los alemanes, los italianos tenían una conducta incomprensible: parecían estar evitando siempre el combate. Los comentarios al respecto, en consecuencia, transmiten la irritación correspondiente.
Lo suyo era “para llorar“, aquellos “italianos de mierda […] no aportan nada de nada“, “no tienen ganas de hacer la guerra“, “no confían en sí mismos” y “se cagan en los pantalones“, incluso “mierda a montones“. Según los soldados grabados son un “atajo de cerdos” que se rinden “por cualquier nadería” o se retiran “llorando“. Esos “gallinas” son “blandengues a más no poder“.
“Los italianos serán descendientes de los romanos […], ¡pero los romanos con sus lanzas y sus escudos habrían aportado más que ellos!”. Los alemanes estaban de acuerdo en que los italianos eran, sin lugar a dudas, “los peores soldados de toda Europa“. Solo unas pocas unidades italianas recibieron una valoración más positiva. Así, la división de paracaidistas “Folgore”, al menos, estaba formada por “machos” y, “pese a sus deficiencias de armamento, sabía combatir”.
Especialmente, según se afirma en otro comentario, “bajo dirección alemana son intachables. En Enfidaville les dieron la orden de retirada y replicaron: “Los jóvenes fascistas mueren allí donde están“. “Y, con esas, treinta italianos resisteiron durante tres días“, dice el sargento primero Franke sobre una batalla tunecina que tuvo lugar en abril de 1943.
En algún caso minoritario también se decía que el problema de los soldados italianos era lo mal que los pertechaban y alimentaban. En Trent Park (Residencia londinenese donde estaban confinados oficiales alemanes de alto rango), este comentario solo se encuentra en boca de uno de los 84 generales. En los demás campos especiales, ya fueran británicos o estadounidenses, la proporción es similar.
ESLOVACOS
Las virtudes miltares, naturalmente, tambiéns se aplican como criterio de evaluación de los demás aliados. Los eslovacos quedaban solo un paso por detrás de los alemanes. (En general es el pensamiento sobre todas las tropas de etnia alemana: austriacos, alemanes de los sudetes, etc).
RUMANOS
De los rumanos se decía que eran “eran, mucho mejores que en la primera guerra mundial; son valientes, han perdido mucha sangre“, pues “no son malos soldados“.
ESPAÑOLES
Tenían por muy buenos a los de “la Legión española” (las escuchas son del verano de 1942 así que se refieren sin duda a la División Azul), “como grupo son temibles, y en lo militar, como soldados, son muy buenos“.
HÚNGAROS
En cuanto a las tropas húngaras, que en la primera guerra mundial habían destacado, en este caso se las tenía por “basura“, porque al ver a los rusos habían salido huyendo.
«La historia de los vencidos» de Joaquín Bochaca decía sobre los españoles señalar lo que se dice que Hitler, Göring y el alto mando alemán opinaba:
Para el soldado español el rifle es un arma que parece que nunca debe limpiarse. A la hora de las vigilancias, el soldado español se va a dormir y en caso de ataque nocturno de los soviéticos, son los habitantes de los pueblos los que los tienen que despertar.
Son muy
indisciplinados (en comparación con el obediente soldado alemán). Esto
era lo malo, porque lo bueno coincidían en que el soldado español era
valiente, y muy rara vez se retiraba, pagando con mucha sangre propia y
enemiga un ataque enemigo. Por eso los soldados alemanes se sentían
mucho más seguros teniendo españoles en sus flancos, porque sabían que
no iban a huir «a la italiana».
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fotos de Domingo Rodríguez Romera DIVISION AZUL albaceteños frente ruso 1941
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Magnífico programa sobre los divisionarios en Radio Nacional de España no dudéis en escucharlo.
Wikipedia
http://www.mve2gm.es/paises/bando-del-eje/division-azul-/
Un saludo desde Colombia. Es bello no dejar morir la historia. Los pueblos son grandes por su pasado.
ResponderEliminarGracias por posar tus ojos en mi Blog.
Saludos.
@albertomejiav
ResponderEliminarBonitas palabras Alberto, y muchas gracias por visitar mi blog...
un abrazo
He descubierto este blog por casualidad y os felicito. ¡Buen trabajo! Os escribo desde Alicante, pero mis raices proceden de Albacete. Hellín y Albatana. Tal vez en éstas fotos de la División Azul esté un tio materno mio, José Martínez Pérez, que sobrevivió a la mili, a la guerra civil y al frente ruso con la D.A, pero no he sido capaz de reconocerlo. Enhorabuena por el blog y voy a seguir viendo fotos.
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